«Imposible resumir lo que hemos vivido en una noticia». Ésta es la frase de mi buen amigo Juan G. Estremera cuando al día siguiente de regresar de nuestro viaje le comenté que estaba en el ordenador redactando la noticia para colgarlo en la web. Y me quedé con la frase, sin duda una satisfacción para mi que todo haya salido a pedir de boca.
A finales del 2017 estuve cazando un sarrio con la orgánica Hunt’ers Experiences y disfrutando, entre otras cosas, del celo de esta especie. Fue tal el grado de satisfacción con el que volví a casa, que tenía claro que no iba a tardar mucho en volver a cazar con ellos…como así ha sido. Pero ésta vez yo no iba a cazar, mejor dicho, yo no iba a disparar, de eso se iban a encargar mis buenos amigos Simón Manga y Juan G. Estremera, quienes hace ya tiempo me comentaron su interés por hacer una escapada a los sarrios. Así que…¡manos a la obra!
El domingo 13 de Mayo llegamos al hotel que nos habían reservado, bueno, al hotelazo, porque hay que llamar a las cosas por su nombre. Después de las presentaciones y una animada cena, nos fuimos a descansar. Al día siguiente pudimos disfrutar de un magnífico día de caza en plena Reserva Nacional de Caza de Freser-Setcases junto al guarda Eduard, posiblemente el mejor guarda con el que un cazador se pueda encontrar, pues no solo es una «eminencia» en el tema de los sarrios, sino que además como persona es «para quitarse el sombrero». Cuando en una cacería ves que la actitud del guarda que te acompaña es como la de Eduard…tienes ya un porcentaje altísimo de que el resultado va a ser un éxito. Durante toda la jornada no dejamos de ver animales, allá donde mirases había cabradas de sarrios, pudiendo contar unos 100 animales en todo el día, aunque no es lo normal.
Localizamos primero una espectacular hembra que Simón decidió tirar. Y como bien dice nuestro amigo tras ver lo que había conseguido abatir «50 veces me dicen que tengo que tirar a esa hembra y 50 veces que la habría tirado sin pensarlo…». Nada menos que 18 años de edad, con sólo 3 dientes en la dentadura de abajo, muy vieja, pero con una altura y una envergadura de cuerna espectacular. Después le tocó el turno a Juan, era su primera experiencia cazando en alta montaña, y no se pudo estrenar mejor. Un certero disparo a 214 metros dejó en el sitio a un gran sarrio selectivo, gordo, alto y con mucho gancho. La cara de los 2 cazadores…como la de un niño pequeño la noche de Reyes. Misión cumplida. Tras disfrutar de un buen almuerzo en plena montaña, hacer las fotos de rigor y aviar los animales, llegamos al coche e hizo su aparición la lluvia, que hasta ahora nos había respetado (hasta eso salió bien). Una buena comida en el hotel, una sobremesa entre amigos con anécdotas, risas y con sus buenos gin tonic’s para ayudar a la digestión dan por finalizado un día que alguno ha dicho en varias ocasiones «He estado feliz…». Por lo tanto EXITAZO de HUNT’ERS EXPERIENCES & TECKELS DE VIANZAR. Gracias Leticia, Carlos y Jesús, sois realmente magníficos!! Hasta la próxima…que no será dentro de mucho…!